MUCHO LIDER
El Alhambra de Guijuelo se deshizo tras el primer gol local. La segunda parte se convirtió en una penitencia para los chacineros.
Castigo excesivo.
Alhambra de Guijuelo: Ángel, Berti, Diego, Tomás y Didi; también jugaron: Alex, David, Sergio y Álvaro.
Cistierna aumenta su distancia respecto a sus perseguidores a costa de un Alhambra que no supo sobreponerse al primer gol local.
El equipo leonés planteó desde el inicio un partido muy intenso en el que los nuestros, lejos de sentirse incomodos, encontraron su lugar en media pista aprovechando cada error rival para generar peligrosas salidas a la contra. En esta fase del partido emergió con fuerza la figura de Tomás. El 16 jamonero ya había avisado un par de veces de su velocidad antes de que en el minuto 7 aprovechara un fallo rival para asistir a Diego a puerta vacía.
El 0-1 no hizo que el líder de la categoría perdiera la cabeza. El equipo entrenado por Fofi es como un rodillo que te va consumiendo y sabe que antes o después llegará su momento.
Y su momento llegó...
Acababa de retirarse lesionado Tomás, a la tercera fue la vencida, cuando los chacineros empezaron a dar muestras de cansancio y nerviosismo reflejados en los dos fallos individuales consecutivos (menos de un minuto) que dieron lugar al 2-1 que volteaba el electrónico.
A partir de aquí se pudo ver un partido totalmente distinto. El Alhambra de Guijuelo experimentó un bajón considerable que se tradujo en multitud de imprecisiones e indecisiones defensivas fruto de las cuales llegaría el 3-1 que abría una brecha anímica insalvable.
Para colmo, los árbitros se empeñaron en adelantar el final del partido cuando a 2 minutos para el descanso se inventaron una falta visitante que conllevaría el lanzamiento desde los 10 metros, 4-1, a vestuarios...
La segunda mitad no tuvo historia. A la pista del Municipal de Cistierna solo saltó un equipo. El Alhambra de Guijuelo vegetaba sobre el espejismo de lo que pudo haber sido asistiendo "impasible" al festival de posesión y oportunidades de los leoneses.
Uno a uno fueron cayendo los goles y las ambiciones del Alhambra. Los pupilos de Chema permanecían en el campo como lo hace un boxeador noqueado en el ring, esperando el golpe definitivo...
El 8-2 final, en mi opinión desproporcionado, muestra la división existente entre Cistierna y el resto. Ahora solo queda levantarse y seguir compitiendo, ni antes éramos tan buenos ni ahora somos tan malos.
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